La valoración consiste en una anamnesis donde la paciente explica cómo se encuentra y se le pregunta sobre su estado de salud, a continuación una exploración postural y muscular, externa del suelo pélvico y una valoración interna. Esta no es dolorosa y se hace en camilla ginecológica.
Con ello se puede valorar, entre otros, la contracción del suelo pélvico, las cicatrices, el tono, la fuerza de los músculos tanto a nivel superficial como en un plano más profundo, la posición de los órganos pélvicos, si existe un prolapso y de que tipo y grado es, etc.
Una vez finalizada la exploración se informa al paciente si existe algún problema y cual sería el tratamiento más aconsejable.
Cada paciente es distinto y por tanto los tratamientos también.