Iniciamos nuestras «Vacaciones saludables» en Roma volando desde Menorca, donde residimos haciendo escala en Barcelona, el primer vuelo con Vueling y el segundo con Ryanair. Llegamos a Roma a las 23 horas, por lo que decidimos contratar transfer con la compañía «En Roma Transfer» (www.enromatransfers.com), servicio perfecto, ya nos estaban esperando en salidas al llegar, precio del traslado 45 euros del aeropuerto de Fiumicino al hotel en el centro de Roma (en taxi hay tarifa fija de 48 euros que sólo incluye equipaje de mano).
Nos alojamos en el Hotel Genio, en via Zanardelli 28 (www.hotelgenioroma.it/es), a 1 minuto de Piazza Navona, el hotel es digno, la decoración un tanto retro pero el servicio y la limpieza exquisita, aunque lo que nos fascinó es la ubicación.

Tras un sueño reparador y una ducha calentita, nos disponemos a ponernos nuestras zapatillas deportivas (en esta ocasión hemos optado por Nike Free 5.0 de hombre y botines deportivos Puma Liza Mid) y a recorrer Roma!!
En el desayuno buffet del hotel encontramos un surtido de frutas, cereales, zumos, infusiones, embutidos italianos y quesos adecuado. Consultando al camarero por productos sin lactosa y gluten me informa de que disponen de productos de la marca SCHÄR, que son fantásticos.

El primer día lo destinamos a visitar plazas. Partimos de Piazza Navona, donde podemos disfrutar de sus tres fuentes y la iglesia de Santa Inés en Agonía, a primera hora de la mañana los pintores y músicos montan sus puestos, brilla el sol y un dulce olor a castañas de un puesto próximo nos despierta de nuestro letargo para invitarnos a continuar el camino por Corso de Vittorio Emanuele hasta el monumento que lleva su nombre.

En 15 minutos de tranquilo paseo llegamos al llamado «Altare de la Patria», nos impresionan sus dimensiones y su impoluto marmol blanco. Tras presenciar el cambio de guardia que lo custodia y visitar sus museos (que son gratuitos) subimos a la terraza posterior que nos da una hermosa perspectiva de Roma con sus cúpulas, es momento de relajarnos en su cafetería y tomar un fantástico capuccino y una infusión de té verde (dado que no hay leche sin lactosa para el capuccino)

Tras las fotos de rigor, paseamos hacia el Coliseo, su magnitud nos abruma, al igual que la cantidad de vendedores ambulantes intentando adjudicarnos un palo de selfie, tras rodearlo nos sentamos en los jardines próximos a contemplar su belleza mientras leemos sobre los inicios del imperio, cuando Rómulo mató a su hermano Remo y fundó Roma a la orilla del Tíber.

Nuestra caminata por las calles de Roma nos lleva hacia la Fontana de Trevi, la denominada por muchas guías como «la fuente más bonita del mundo» abierta de nuevo al público tras 16 meses de labores de restauración. Conseguimos abrirnos paso entre la gente y encontrar un rincón donde pararnos a contemplar su blanco impoluto y sus perfectas estructuras. 25.9 metros de alto y 19.8 metros de ancho, de estilo Clásico en la fachada y Barroco en las esculturas. Tras salir de nuestro asombro conseguimos aproximarnos al borde para tirar nuestra moneda y cumplir con la tradición, así nos aseguramos que volveremos a Roma.
La siguiente parada es Piazza de Spagna, desafortunadamente las escaleras más famosas de Roma, están en obras y una gran barrera metálica impide el acceso, nos conformamos con pasear por la plaza y contemplarla desde la distancia..

Unas cuantas calles más y estamos en la Piazza del Popolo, presidido por su obelisco de 24 metros de altura. Es momento de un break y sentarnos a disfrutar de las vistas. Otro detalle, el obelisco también está en obras.

Ha llegado la hora de comer y nos dirigimos a las inmediaciones de Piazza Navona, un pequeño restarurante llamó nuestra atención esta mañana, se llama Osteria al Vecchio Pegno en Vicolo de Monteveccio número 8, local sencillo con clientela local y decoración tradicional, nos recomendaron una ensalada para compartir y Puntarelle alla romana (sin lactosa) y pizza Pegno. La comida una delicia y el precio fantástico, en torno a los 30 euros dos personas con bebida.
Recordad que la hora recomendada para comer en Italia es sobre las 13,30h, en el restaurante a partir de las 14 horas ya estaba lleno y no aceptaban más comensales. En el hotel también nos advirtieron de ello, para comer aquí prontito.
Tras las comida nos dirigimos al hotel para descansar y retomar nuestro paseo, nos apetece muchísimo ver los monumentos y fuentes iluminadas en la noche.
Descansados y con pilas cargadas, visitamos el Vaticano por la tarde, desde la Via de la Conciliazione hasta la Plaza de San Pedro, con la iluminación nocturna es espectacular, damos un agradable paseo por la plaza y volvemos hacia Piazza Navona dando un paseo por las orillas del Tíber. Piazza Navona por la tarde noche es muy bonita, sus tres fuentes iluminadas y ese ambiente bohemio de los pintores y músicos conforman un entorno especial, casi mágico.


A cenar y a dormir. Nuestra app (Runkeeper) nos dice que hemos caminado 22,25 km por las calles de Roma.. genial!!
Amanecemos temprano en nuestro segundo día en Roma, tras un zumito y una fruta nos dirigimos a la terraza superior del hotel para hacer nuestra rutina de ejercicios (trabajo de CORE, miembros inferiores e hipopresivos) al finalizar duchita y desayuno. Super agradable entrenar con estas vistas!

Nuestro plan de hoy, visitar los Museos Vaticanos, las entradas las compramos por internet desde Menorca, (https://mv.vatican.va/4_ES/pages/MV_Home.html) por lo que evitamos colas, muy rápido, 20 euros por persona (16 euros la entrada más 4 euros de gastos de gestión). De camino a la puerta nos asaltan cantidad de guías intentando vendernos visitas guiadas sin colas ni esperas. La visita a los museos es super recomendable, un paraíso del arte, puedes contratar un guía, audio guía o como nosotros optar por guía escrita que previamente hemos leído y nos ayuda a orientarnos.

Salimos de la exquisita visita de los Museos Vaticanos a medio día, tenemos pendiente la visita a San Pedro y subir a la cúpula, que lo dejaremos para el día siguiente.
Hoy vamos a comer en un pequeño restaurante de pasta fresca llamado Pasta Imperiale, en Via dei Coronari 160, cerca de Piazza Navona, ensalada de primero, pasta fresca y postre con bebida unos 12 euros por persona, también comida para llevar y puedes ver cómo lo preparan, nos ha encantado. Consultamos con la camarera que queremos un menú sin lactosa y amablemente nos asesora.

Tras degustar estos manjares a descansar al hotel y al caer la tarde visitamos Fontana de Trevi iluminada y Panteon Romano, muy recomendable su visita de tarde noche. El Panteón ha sido de los monumentos que más nos ha impresionado por su historia y construcción, actualmente es una iglesia y puedes contar con una audio guía para saber más, se contratan en la entrada por un par de euros.


Exhaustos cenamos y volvemos al hotel, nuestro runkeeper nos dice hoy que hemos caminado 21 km, genial!! Ahora a dormir que mañana nos espera otro intenso día de turismo saludable en Roma.
Nuestro tercer día en Roma, inicia bien temprano con una sesión de yoga y relajación, duchita, healthy desayuno, zapatillas deportivas, nuestras nuevas mallas Naffta negras (super cómodas y monas para caminar, aquí podéis consultar más sobre ellas: https://www.naffta.com/es) y a por el plan de hoy.
Nos dirigimos a San Pedro del Vaticano, la visita en gratuita y a primera hora de la mañana casi no hay cola (8.00am), disfrutamos de la Piedad de Miguel Ángel, pinturas y ornamentación, una delicia visitarla con el silencio de los pocos presentes allí a esas tempranas horas de la mañana. Al salir nos dirigimos a la cúpula, tenemos dos opciones, subir por escaleras (equivalente a 35 pisos) que cuesta 6 euros y mitad ascensor, mitad escalera con un precio de 8 euros, como deportistas que somos optamos por subir por la escalera, el primer tramo es amplio y circular, dificultad baja, llegamos a la primera terraza y comienza el tramo más estrecho, no recomendable para claustrofóbicos, incluso una parte del pasillo tiene inclinación. Llegamos a la parte interna de la cúpula, las vistas del interior del a basílica son excepcionales. Continuamos subiendo hasta el mirador más alto, las vistas de Roma son maravillosas, disfrutamos de un día claro y soleado, la ciudad a nuestros pies, cúpulas, obeliscos y estatuas presiden el cielo de este museo al aire libre que es Roma. Super recomendable su visita.

Tras hacer una infusión de té verde y cola de caballo, continuamos con el plan: Nos dirigimos a visitar Coliseo, Palatino y Foro Romano. La misma entrada nos da acceso a todo, la compramos en la entrada del Foro, apenas 5 minutos de cola y estamos dentro. Precio de la entrada es de 12 euros por persona y también se puede adquirir previamente por internet.
El foro era el lugar donde tenía lugar la vida pública y religiosa en la antigua Roma, recorrer la Via Sacra, cerrar los ojos e imaginar como era hace más de 20 siglos cuando Julio César caminaba por ella. Entre ruínas, columnas y templos subimos al monte Palatino, ubicado a más de 40 metros sobre la ciudad de Roma, es la más centrica de las colinas de Roma, nos sentamos y disfrutamos de las vistas, sólo una palabra lo describe, magnífico.


Unas horas después nos dirigimos al Coliseo, con la misma entrada podemos acceder y no hay cola, así que fantástico, cogemos nuestra audio guía y nos adentramos en el coloso, su historia y dimensiones nos impactan.
Tras terminar nuestra visita vamos a comer, hoy nos daremos un capricho, pizza al corte, típico en Roma, paseando por sus calles nos encontramos un montón de locales de este tipo. Hoy vamos a la pequeña pizzería Florida (en Via Florida 25), gran variedad de pizzas al peso, tu pides un trozo la pesan y te la dan, la puedes tomar allí o para llevar, van sacando pizzas diferentes cada poco tiempo. Nosotros comimos allí, gran afluencia de gente (la mayoría italianos) que pasan a por su trozo de pizza para llevar, el precio muy bueno, 3 trozos grandes unos 6 euros y la bebida como en España. Lo recomendamos!
Los últimos días los dedicamos a visitar Trastévere y Ghetto. El Trastévere está situado al sur del Vaticano a la orilla del Tíber, serpenteando por sus calles adoquinadas y llenas de pubs y restaurantes encontramos tanto lugareños como turistas de todo el mundo, olores y colores invaden sus callejuelas. Puestos ambulantes y tiendas de bisutería, ropa, decoración conviven en sus calles con bares, restaurantes y hoteles. Su ambiente gira en torno a la Piazza de Santa Maria in Trastevere. Recomendamos su visita de tarde noche.
Otra visita obligada es el barrio judio o Ghetto y las ruinas del Pórtico de Octavia. Bares y restaurantes donde degustar las típicas alcachofas a la judía y entre otros platos.
El último día comimos en el restaurante La Montecarlo (https://www.lamontecarlo.it/) en Vicolo Savelli 13, muchos italianos a demás de turistas, las pizzas fantásticas, hechas en horno de leña y la pasta fresca muy buena también. Ningún problema para tomar platos sin lactosa, no está señalizado en la carta pero los camareros hablan español y nos orientaron sin problema. El precio unos 30 euros dos personas con bebida (agua) y un postre. El servicio bueno y rápido. También tiene terraza.

Para terminar y como resumen, nos ha encantado visitar Roma, hemos descansado y hemos entrenado diariamente (en la terraza superior del hotel y hemos ido a correr por sus calles, super recomendable), nos hemos desplazado a pie todos los días, unos 21 km de media y hemos comido sano y muy rico, ningún problema para comer fuera si eres intolerante a la lactosa (por precaución me llevé mis pastillas de lactasa), únicamente nos quedamos sin capuccino (en los locales típicos no lo hacen con leche sin lactosa).
Si tenéis oportunidad, no dudéis en visitar Roma, un lugar ideal para unas «Vacaciones Saludables»
Besiños para todos!!